lunes, 20 de enero de 2014

GENEALOGÍA Y APEGO



Conocer el nombre y las relaciones que tuvieron nuestros antepasados. Investigar que desarrollaron a lo largo de sus vidas. A qué se dedicaron, en qué trabajaron. Cómo resolvieron  sus conflictos.......
Nos hacemos preguntas de este tipo cuando nos damos cuenta del valor que tiene la propia historia familiar, es  decir,  la genealogía , para conocernos nosotros mismos y para tomar conciencia de que las vidas de unos y otros  miembros de nuestra familia están  perfectamente conectadas.
La genealogía sirve para reforzar y fortalecer los lazos de apego que se dan entre los miembros de una familia. El sentimiento de unidad se acentúa  y se intensifica la comprensión  y la aceptación positiva de lo que nos está tocando vivir.
Nuestro bagaje cultural y biológico es visible. Si nos remontamos a lo que sabemos de nuestros abuelos lo podemos perfectamente constatar en nuestra  propia existencia por que casi estamos pasando por experiencias muy parecidas a las de ellos.
 Descubrimos que desarrollamos gustos o intereses que ya estaban en nuestros antepasados. Nos damos cuenta de que volvemos a repetir modelos de comportamiento o  maneras de reaccionar  casi idénticos a los que ellos desarrollaron en la línea del pasado.
¿Tan importante es ese marco de referencia familiar que se llama árbol genealógico?

En la base de nuestro ser social tenemos unas redes muy cohesionadas y estructuradas. Son las redes sociales de nuestra historia.

Tenemos dos padres, cuatro abuelos, ocho bisabuelos....toda una inmensidad de personas que vivieron muchos años atrás y que nos han legado parte de su genoma. Si nos remontamos tan solo  doscientos años atra´s el número de nuestros antepasado aumenta a unos mil individuos y, probablemente, todos ellos han contribuido a nuestro genoma. ! Bueno solo a uno de nuestros apellidos por ejemplo el de la línea paterna. Otro tanto ha ocurrido con el apellido recibido por parte de madre

Nuestra constitución física, el temperamento, la inteligencia o el caracter moral, el modo en que  manifestamos nuestros  valores,  han ido llegando hasta nosotros y los hemos ido modificando para adaptarlos a nuestra propia vida.

                                        ¡ Y ahí está nuestro gran apoyo ¡

    ¡ Ahí residen en parte las fortalezas con que nos enfrentamos y afrontamos las experiencias buenas o malas que nos presenta la vida !

Nuestros antepasados han tejido una gran red  social y afectiva que es nuestra familia a lo largo de cientos y cientos de años. 
Esa red nos mantiene conectados en un espacio y en un tiempo, para darnos seguridad o para entrar en sintonía con ellos, para darnos protección o por el contrario para entrar  conflicto con nuestra propia existencia

Nuestra historia familiar debe ser conocida y comprendida. A partir de ella aprendemos a aceptarnos y  a ponernos en lugar del otro. No perdamos la relación de apego que debe existir entre los miembros de una misma familia, máxime cuando esta es multitudinaria.






Elisa  Sampelayo